El hoyo; raíz de nuestro problema social.

Como corrector y base, el verdadero problema sería la moral, o más bien la falta de la misma, pero lamentablemente eso no se soluciona de un día para otro.

De hecho estamos tan calados de podredumbre, que como la mejor solución que podría presentarse, sería una nueva asignatura de ética, impartida desde el primer año de primaria hasta el último de secundaria, con al menos cuatro horas lectivas semanales.
Y aún contando con esta nueva materia en las escuelas, basada en; responsabilidad civil, integridad, honradez, sentido de la justicia, conciencia ciudadana, el incentivar en los alumnos el afán por adquirir conocimientos o cultura como valor añadido, etc. Los resultados no serían muy apreciables, hasta la tercera generación de individuos y quizás, por el trato constante con una sociedad chabacana y lo insuficiente de la asignatura, es probable que no nos pudiéramos equiparar a poblaciones como las de Suiza o Noruega.

Mientras que aquí, en un caso de corrupción de los cientos existentes, la mayoría se personaliza con el delincuente, pensando; roba 40 millones de Euros, se le requisan 12 y a los 4 años de cárcel en régimen VIP, a salir y a disfrutar del dinero no incautado más todo el resto que no le hayan descubierto… Yo también lo haría.
En las naciones citadas, dado su compromiso civil y su obligación para con la comunidad, el que un cargo público desfalque, defraude o robe, es impensable y en caso de hacerlo, se le piden las máximas responsabilidades y todavía más alarma crearía, que el autor del delito fuese un político.

Tanto dista las mentalidades de una población a otra, que una anécdota ocurrida en Japón, nos parece totalmente inverosímil.

Durante el año 2007 un misterioso benefactor, se dedicó a soltar sobres en los baños públicos, cuyo contenido eran 10.000 yenes (unos 60 €), para que dispusiera de los mismos el afortunado que los hallara.
Bien, pues resulta que más de 400 de estos sobres fueron depositados en distintas comisarias, por si aparecía el generoso propietario.

Aquí la antigua noticia en el BBC News. 

Por comparativa entre ambas idiosincrasias, sólo cabe esperar un milagro, para que el español medio tuviese el mismo nivel de honradez que un japonés.

Y tal como se reflejaba al principio del mensaje, la raíz de nuestro problema es demasiado compleja y profunda, como para poder extirparla por métodos rápidos y sencillos.
Siendo lo más triste, que el crecimiento prosigue arraigándose cada vez de manera más penetrante.

Los cimientos de un árbol, del que todos somos responsables.

 

Para mostrar esto y que nadie se crea libre de culpa, representaré nuestra sociedad por nuestro modo de vida.

Vemos basura televisiva de forma voluntaria, aparcando los programas culturales en la marginalidad o la extinción. Escuchamos una música que cada vez toca menos el alma, fomentándose la industria de sonidos enlatados y rimas ridículas. El cine mayoritario, el comercial 'made in USA', sigue su camino de espectacularidad basado en efectos visuales y diálogos estúpidos. La literatura moderna con sus best-seller, al igual que el cine, se conforma de productos someros y de entretenimiento. Así que a la hora de conversar con alguien que también consume esta misma basura, lo inevitable es que nuestra cháchara sea la más superficial y vacía imaginable.

Si vemos mierda, leemos mierda, escuchamos mierda y consumimos mierda sin parar, lo que cabe esperar es que pensemos y hablemos mierda.

Un reto intelectual es denostado, porque nos fatiga el esfuerzo y no nos gusta. El cine de culto es feo, antiguo y no suele mostrar explosiones. La música clásica o la ópera pertenecen a otra época o a personas muy raras. Un programa de divulgación científica no es ameno si me obliga a coger un diccionario y para qué, si prefiero los de gallinero o distracción. Y la transmisión de valores, de haberla, se basan en; hijo, tú se más listo y ten más maldad para dárselas y que no te la cuelen. Lo que es innecesario pues el niño ya es algo que aprende del comportamiento de sus padres.

En una sociedad donde la ordinariez y la estulticia, se han extendido como un cáncer, es imposible escapar.
Pues las personas que deseen progresar interiormente, adquirir nuevos conocimientos, aumentar el intelecto y mantener y/o acrecentar su escalara de valores, se ven boicoteadas e intoxicadas por todo su entorno.

Si todo lo que nos rodea, es mierda, nos afectará irremediablemente. Hablando de banalidades, con quienes no saben hablar de otras cosas y sólo buscan lo superficial y echar unas risas. Nos resultará imposible encontrar un programa decente, a determinadas horas. Y como ejemplo más sencillo, cualquier revista del dentista o la peluquería, será una completa tontería.

En el mundo de la evasión, al que busque el desarrollo personal, se le presentan todos los obstáculos.

Si alguien en algún momento, se siente partícipe de esto, ya de antemano tendrá preparadas variadas justificaciones.

_Si me harté de estudiar en la universidad o en la escuela.
_Tras mi interminable jornada de trabajo, cualquiera se poner a leer un libro serio.
_El entretenimiento no es malo, las risas tampoco, así que yo voy a lo que me gusta.
_Etc.

Hace años, se veía a (lo que no me gusta denominar) las clases bajas, como “instruían” a sus hijos dándoles un guantazo en el culo, cuando el niño les molestaba. O pegaban gritos de “¡que te calles, cojones!” o “¡que me dejes!” conjuntamente a la amenaza física.
Hoy día, a cualquiera se le ve educando a sus hijos como a animales. No necesariamente con tales agresiones o amenazas, sino por la propia conducta de los pradres, recibiendo desde bebés la docencia de unos progenitores vociferantes, mal educados, viles y con gran afición por la basura.

En una cultura donde todo el mundo piensa, pero donde la reflexión profunda es nula, unos razonamientos sencillos pueden identificar las causas de los problemas. Pero las soluciones presentan otra dificultad inmensamente más elevada.

Alguna vez escuché la pregunta; ¿Dónde están los sabios?
Por todo lo comentado, puede que quizás sucumbidos.

Por mi parte, en este aspecto soy muy poco guerrero y no lucho para cambiar esta faz del planeta. Lo que empleo como subterfugio, es crearme mi micro-mundo con personas elegidas, pero ese desde luego que no es ningún remedio al problema.

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